Tras 43 años de labor ininterrumpida en la Universidad de Sonora, el profesor Jesús Enrique Mercado Castro se retira de las aulas para hacer efectiva su jubilación, llevándose con él un gran cumulo de experiencias, aprendizajes y gratos recuerdos.
Ingresó a la casa de estudios en 1977 para impartir la materia de Metodología de la Investigación en la escuela de Derecho del campus Centro (Hermosillo), y por un tiempo perteneció también al Departamento de Humanidades, recordó.
Fue en 1979 cuando se trasladó al campus Caborca de la Unidad Regional Norte (URN), donde inició también impartiendo la materia de Metodología de la Investigación, lo que actualmente es la asignatura Aprender a aprender, en los diversos programas que ofrecen en la institución.
Oriundo de Guamúchil, Sinaloa, llegó a Sonora a principios de los años setentas para estudiar la Licenciatura en Derecho en la Unison, con el apoyo económico de un tío que le brindó hogar y trabajo para que pudiera costear sus estudios.
Fue el primer Jefe de área de Ciencias Sociales cuando todavía el programa de Derecho no era terminal en Caborca, por lo que tuvo entre sus tareas gestionar para darle continuidad hasta el último semestre al programa en este campus.
En 1987 ocupó el cargo de Coordinador General de la URN, además entre su trayectoria dentro de la alma mater destaca haber sido representante ante el Consejo Universitario en dos ocasiones, así como consejero académico.
Fue también coordinador del programa de Derecho, puesto que ocupó hasta el pasado 1 de junio, cuando recibió el aviso de jubilación.
“Ha sido una gran experiencia todos estos años, y lo importante es seguirse actualizando y aportando al conocimiento”, indicó.
Dijo que cierra un ciclo como docente pero abre otro en el cual desea seguir aportando siempre que pueda a la Universidad de Sonora, y como promotor cultural dentro de la comunidad caborquense, además de disfrutar más tiempo a su familia.
Por más de cuatro décadas ha sido testigo de la gran evolución de la máxima casa de estudios, y los cambios han sido para bien sin duda, sobre todo por la constante capacitación y los avances de la tecnología, que en días recientes han permitido hacer frente al compromiso de educar a distancia.
Este último semestre fue un gran compromiso atender a los alumnos en medio de la contingencia covid-19, pues mencionó: “fue un gran reto, sobre todo para uno, que no es propiamente de esta época y no tiene la habilidad plena de la tecnología; sin embargo, hay que estarse actualizando y hacer frente a las circunstancias porque esto no termina hasta que termina”, indicó.
Nunca imaginó que la última etapa de su labor docente sería enseñar en tiempo de la pandemia, lo cual requirió un doble esfuerzo, pues además de idear estrategias de aprendizaje, hubo que acoplarse al ritmo de los alumnos que no cuentan con las herramientas necesarias para conectarse o hacer llegar sus tareas.
“Somos de una época en que la herramienta era otra, pero el compromiso es actualizarse, los tiempos pasados fueron bonitos pero no quiere decir que fueron mejores, ahora hay que ver el presente y hacia el futuro con el uso de herramienta digitales”, aseveró.
Lo que más extrañará al retirarse será sin duda la relación y el trato con los estudiantes, así como a los compañeros de trabajo, de quienes no pudo despedirse personalmente por el distanciamiento social que aún prevalece, pero seguro volverá a saludarlos en cuanto las condiciones lo permitan, apuntó Mercado Castro.
La Universidad de Sonora es una institución muy noble, y cada quien se desarrolla con sus luces y sombras dependiendo de las coyunturas, consideró, pero siempre hay que dejar la mediocridad a un lado y actuar de buena fe, concluyó.
Ingresó a la casa de estudios en 1977 para impartir la materia de Metodología de la Investigación en la escuela de Derecho del campus Centro (Hermosillo), y por un tiempo perteneció también al Departamento de Humanidades, recordó.
Fue en 1979 cuando se trasladó al campus Caborca de la Unidad Regional Norte (URN), donde inició también impartiendo la materia de Metodología de la Investigación, lo que actualmente es la asignatura Aprender a aprender, en los diversos programas que ofrecen en la institución.
Oriundo de Guamúchil, Sinaloa, llegó a Sonora a principios de los años setentas para estudiar la Licenciatura en Derecho en la Unison, con el apoyo económico de un tío que le brindó hogar y trabajo para que pudiera costear sus estudios.
Fue el primer Jefe de área de Ciencias Sociales cuando todavía el programa de Derecho no era terminal en Caborca, por lo que tuvo entre sus tareas gestionar para darle continuidad hasta el último semestre al programa en este campus.
En 1987 ocupó el cargo de Coordinador General de la URN, además entre su trayectoria dentro de la alma mater destaca haber sido representante ante el Consejo Universitario en dos ocasiones, así como consejero académico.
Fue también coordinador del programa de Derecho, puesto que ocupó hasta el pasado 1 de junio, cuando recibió el aviso de jubilación.
“Ha sido una gran experiencia todos estos años, y lo importante es seguirse actualizando y aportando al conocimiento”, indicó.
Dijo que cierra un ciclo como docente pero abre otro en el cual desea seguir aportando siempre que pueda a la Universidad de Sonora, y como promotor cultural dentro de la comunidad caborquense, además de disfrutar más tiempo a su familia.
Por más de cuatro décadas ha sido testigo de la gran evolución de la máxima casa de estudios, y los cambios han sido para bien sin duda, sobre todo por la constante capacitación y los avances de la tecnología, que en días recientes han permitido hacer frente al compromiso de educar a distancia.
Este último semestre fue un gran compromiso atender a los alumnos en medio de la contingencia covid-19, pues mencionó: “fue un gran reto, sobre todo para uno, que no es propiamente de esta época y no tiene la habilidad plena de la tecnología; sin embargo, hay que estarse actualizando y hacer frente a las circunstancias porque esto no termina hasta que termina”, indicó.
Nunca imaginó que la última etapa de su labor docente sería enseñar en tiempo de la pandemia, lo cual requirió un doble esfuerzo, pues además de idear estrategias de aprendizaje, hubo que acoplarse al ritmo de los alumnos que no cuentan con las herramientas necesarias para conectarse o hacer llegar sus tareas.
“Somos de una época en que la herramienta era otra, pero el compromiso es actualizarse, los tiempos pasados fueron bonitos pero no quiere decir que fueron mejores, ahora hay que ver el presente y hacia el futuro con el uso de herramienta digitales”, aseveró.
Lo que más extrañará al retirarse será sin duda la relación y el trato con los estudiantes, así como a los compañeros de trabajo, de quienes no pudo despedirse personalmente por el distanciamiento social que aún prevalece, pero seguro volverá a saludarlos en cuanto las condiciones lo permitan, apuntó Mercado Castro.
La Universidad de Sonora es una institución muy noble, y cada quien se desarrolla con sus luces y sombras dependiendo de las coyunturas, consideró, pero siempre hay que dejar la mediocridad a un lado y actuar de buena fe, concluyó.