La pandemia no debe ser obstáculo para realizar el Servicio Social Universitario (SSU) y seguir apoyando a quien más lo necesitan, señalaron alumnos y egresada de la Universidad de Sonora al exponer sus experiencias durante el XVII Foro Regional y II Internacional de Practicas y Proyectos del Servicio Social Universitario del campus Caborca, de la Unidad Regional Norte (URN).
En primer término, Janette Viviana Lizárraga Sánchez, recién egresada de la Licenciatura en Derecho, presentó el proyecto de servicio social Reinserción a la sociedad de las personas privadas de su libertad y la necesidad de un cambio de estrategia ante la covid-19, con el objetivo de reinsertar a la sociedad, mediante diversos programas institucionales, tanto a las personas privadas de la libertad como a sus familias.
Con este proyecto, en tiempo de pandemia se brindó apoyo de carácter cultural, social, laboral, de asesoría y violencia familiar para coadyuvar en una reinserción plena a la sociedad de las personas privadas de la libertad, explicó.
Inicialmente brindaron apoyo al Patronato pro internos en las diversas actividades, conferencias, pláticas y acciones de reintegración social, además de servir de enlace del estatus jurídico de las personas ahí internas.
“Todas las actividades que realizamos fueron encaminadas tanto al servicio del área varonil como de las féminas, además de colaborar con la institución a través del departamento de Trabajo Social y en las actividades que se realizan en beneficio de los internos”, detalló.
Explicó que este proyecto se desarrolló en equipo con su compañera Selene Núñez Pérez, asesoradas por las docentes Rafaela Mendívil Rodríguez y Osvaldina Ballesteros Almazán.
Pero debido a la contingencia, a partir del año pasado fue necesario hacer un cambio en la estrategia, agregando como objetivo primordial la salud de los reos, realizando diversas gestiones para sanitizar las instalaciones y entregar cubrebocas con el apoyo de diversos de organizaciones y particulares, explicó.
“Así colaboramos con el centro en la prevención y desinfección para evitar el contagio entre la población, y obtuvimos muy buenos resultados con este cambio de estrategia para poder seguir apoyando con el SSU a los que más lo necesitan”, indicó.
“El servicio social ha sido una de las mejores experiencias que hemos vivido, el resultado final que esperamos es que una vez que pase la contingencia sanitaria las personas privadas de la libertad estén reinsertadas en la sociedad con una nueva perspectiva de vida, sin pensamiento de reincidencia”, comentó.
Por su parte, Walter Ignacio Bustamante Lizárraga, alumno del programa de Educación del campus Caborca, también compartió su historia de vida con la ponencia El Servicio Social Universitario como precursor del desarrollo vocacional.
“El desarrollo profesional a partir de los conocimientos adquiridos en el servicio social sí puede permitirle a una persona desarrollar una vocación nueva, se puede pensar como una idea romántica de que la vocación ya la tenemos desde niños, pero a mí me parece que la vamos entendiendo conforme nos vamos conociendo”, indicó.
El propio desarrollo profesional es muy importante, ya sea antes de obtener un empleo o al estar ya ejerciendo profesionalmente, porque en muchas ocasiones requiere de los egresados estén bien capacitados y aterrizados para cumplir adecuadamente con un compromiso laboral, mencionó el expositor.
“El servicio social no se encuentra detenido por la contingencia sanitaria, estamos aprendiendo a una velocidad muy rápida a adaptarnos a la tecnología, tenemos ya todas nuestras clases virtuales con acceso a las herramientas tecnológicas en cada rincón de nuestra realidad, y por ello hoy más que nunca debemos desarrollar habilidades y valores”, agregó.
En primer término, Janette Viviana Lizárraga Sánchez, recién egresada de la Licenciatura en Derecho, presentó el proyecto de servicio social Reinserción a la sociedad de las personas privadas de su libertad y la necesidad de un cambio de estrategia ante la covid-19, con el objetivo de reinsertar a la sociedad, mediante diversos programas institucionales, tanto a las personas privadas de la libertad como a sus familias.
Con este proyecto, en tiempo de pandemia se brindó apoyo de carácter cultural, social, laboral, de asesoría y violencia familiar para coadyuvar en una reinserción plena a la sociedad de las personas privadas de la libertad, explicó.
Inicialmente brindaron apoyo al Patronato pro internos en las diversas actividades, conferencias, pláticas y acciones de reintegración social, además de servir de enlace del estatus jurídico de las personas ahí internas.
“Todas las actividades que realizamos fueron encaminadas tanto al servicio del área varonil como de las féminas, además de colaborar con la institución a través del departamento de Trabajo Social y en las actividades que se realizan en beneficio de los internos”, detalló.
Explicó que este proyecto se desarrolló en equipo con su compañera Selene Núñez Pérez, asesoradas por las docentes Rafaela Mendívil Rodríguez y Osvaldina Ballesteros Almazán.
Pero debido a la contingencia, a partir del año pasado fue necesario hacer un cambio en la estrategia, agregando como objetivo primordial la salud de los reos, realizando diversas gestiones para sanitizar las instalaciones y entregar cubrebocas con el apoyo de diversos de organizaciones y particulares, explicó.
“Así colaboramos con el centro en la prevención y desinfección para evitar el contagio entre la población, y obtuvimos muy buenos resultados con este cambio de estrategia para poder seguir apoyando con el SSU a los que más lo necesitan”, indicó.
“El servicio social ha sido una de las mejores experiencias que hemos vivido, el resultado final que esperamos es que una vez que pase la contingencia sanitaria las personas privadas de la libertad estén reinsertadas en la sociedad con una nueva perspectiva de vida, sin pensamiento de reincidencia”, comentó.
Por su parte, Walter Ignacio Bustamante Lizárraga, alumno del programa de Educación del campus Caborca, también compartió su historia de vida con la ponencia El Servicio Social Universitario como precursor del desarrollo vocacional.
“El desarrollo profesional a partir de los conocimientos adquiridos en el servicio social sí puede permitirle a una persona desarrollar una vocación nueva, se puede pensar como una idea romántica de que la vocación ya la tenemos desde niños, pero a mí me parece que la vamos entendiendo conforme nos vamos conociendo”, indicó.
El propio desarrollo profesional es muy importante, ya sea antes de obtener un empleo o al estar ya ejerciendo profesionalmente, porque en muchas ocasiones requiere de los egresados estén bien capacitados y aterrizados para cumplir adecuadamente con un compromiso laboral, mencionó el expositor.
“El servicio social no se encuentra detenido por la contingencia sanitaria, estamos aprendiendo a una velocidad muy rápida a adaptarnos a la tecnología, tenemos ya todas nuestras clases virtuales con acceso a las herramientas tecnológicas en cada rincón de nuestra realidad, y por ello hoy más que nunca debemos desarrollar habilidades y valores”, agregó.