Comprometido al máximo con su trabajo desde el primero hasta el último día de sus labores, honesto y apreciado por la comunidad universitaria, Fernando Iribe Mendoza falleció ayer, 6 de junio, dejando una profunda tristeza en la comunidad universitaria que hoy llora su partida terrenal.
Trabajador fundador del campus Caborca en la Unidad Regional Norte (URN) de la Universidad de Sonora, con 43 años de labor ininterrumpida como coordinador de Servicios Escolares, demostró siempre su amor y respeto por el trabajo, dando ejemplo de disciplina y profesionalismo.
Originario de Altar, Sonora, el fiel universitario dejó de existir por complicaciones de salud, por lo que su rápida partida deja una gran tristeza entre sus familiares, amigos y compañeros de trabajo que lo recordarán siempre como un excelente amigo y compañero; sin duda, el campus Caborca pierde a uno de sus más leales colaboradores.
En una de las últimas entrevistas que concedió, con motivo de la ceremonia donde obtuvo reconocimiento por 40 años de trayectoria en la máxima casa de estudios, Iribe Mendoza expresó: “Puedo decir que el tiempo que he estado en la Universidad ha pasado sin sentirlo”, y así lo demostraba diariamente al llegar siempre de buen humor y puntual al centro de trabajo.
Fernando Iribe comenzó a trabajar en la Unison desde antes de construirse el campus Caborca, e inició ordenando los expedientes de los aspirantes en el despacho jurídico externo; posteriormente, se le acondicionó un local por la calzada 6 de abril, donde se instalaron las oficinas y lo que habrían de ser las primeras aulas.
Fue testigo de la colocación de la primera piedra del campus Caborca, en 1978, al lado del entonces rector Alfonso Castellanos Idiáquez, pasaje que siempre recordaba con gran orgullo y nostalgia durante las remembranzas laborales.
Sin duda será recordado como un ser humano cálido, con un gran sentido del humor, de corazón alegre y con alto sentido de responsabilidad por el quehacer universitario durante más de cuatro décadas, en las que brindó sus servicios a miles de estudiantes.
Víctor Manuel Reyna Espinoza, compañero de trabajo y amigo personal del ahora finado, lo describió como un excelente amigo y compañero de labores, y como alguien siempre dispuesto a colaborar por el bien común de la institución y sus alumnos.
“Siempre lo vamos a recordar como una persona muy esforzada, con alto sentido de responsabilidad; la Universidad de Sonora y el campus Caborca en específico pierde a un gran y fiel colaborador, definitivamente no será igual sin él”, expresó consternado el enlace de Contraría universitaria.
Fernando Iribe le tenía amor a la camiseta, le gustaba atender e interactuar con los alumnos y toda persona que requiriera de los servicios u orientación en la ventanilla de Servicios Escolares, y disfrutaba su trabajo.
“Para él la Universidad de Sonora siempre fue su segundo hogar, siempre llegó puntual a sus labores, era de los primeros en llegar y el último en irse diariamente, nunca le gustaba dejar pendientes; al contrario: siempre le gustaba dejar todo listo y tener al día su trabajo”, recuerda Reina Espinoza.
Recordó que fueron compañeros de escuela en la primaria 6 de Abril. Por azares del destino, la educación secundaria y preparatoria la cursaron en diferentes centros de estudios, pero después, con el paso de los años, al reencontrarse como compañeros de trabajo en la Unison, renovaron los lazos amistosos que perduraron hasta el último día.
Iribe Mendoza partió del plano terrenal a los 74 años de edad. Le sobreviven sus hijos Aracely y Fernando, así como sus nietos Rubén Fernando, Sebastián Enrique, Mya René, Fernando y Alejandro.
Descanse en paz, compañero Fernando Iribe Mendoza.
Publicado 7 de junio 2021
Trabajador fundador del campus Caborca en la Unidad Regional Norte (URN) de la Universidad de Sonora, con 43 años de labor ininterrumpida como coordinador de Servicios Escolares, demostró siempre su amor y respeto por el trabajo, dando ejemplo de disciplina y profesionalismo.
Originario de Altar, Sonora, el fiel universitario dejó de existir por complicaciones de salud, por lo que su rápida partida deja una gran tristeza entre sus familiares, amigos y compañeros de trabajo que lo recordarán siempre como un excelente amigo y compañero; sin duda, el campus Caborca pierde a uno de sus más leales colaboradores.
En una de las últimas entrevistas que concedió, con motivo de la ceremonia donde obtuvo reconocimiento por 40 años de trayectoria en la máxima casa de estudios, Iribe Mendoza expresó: “Puedo decir que el tiempo que he estado en la Universidad ha pasado sin sentirlo”, y así lo demostraba diariamente al llegar siempre de buen humor y puntual al centro de trabajo.
Fernando Iribe comenzó a trabajar en la Unison desde antes de construirse el campus Caborca, e inició ordenando los expedientes de los aspirantes en el despacho jurídico externo; posteriormente, se le acondicionó un local por la calzada 6 de abril, donde se instalaron las oficinas y lo que habrían de ser las primeras aulas.
Fue testigo de la colocación de la primera piedra del campus Caborca, en 1978, al lado del entonces rector Alfonso Castellanos Idiáquez, pasaje que siempre recordaba con gran orgullo y nostalgia durante las remembranzas laborales.
Sin duda será recordado como un ser humano cálido, con un gran sentido del humor, de corazón alegre y con alto sentido de responsabilidad por el quehacer universitario durante más de cuatro décadas, en las que brindó sus servicios a miles de estudiantes.
Víctor Manuel Reyna Espinoza, compañero de trabajo y amigo personal del ahora finado, lo describió como un excelente amigo y compañero de labores, y como alguien siempre dispuesto a colaborar por el bien común de la institución y sus alumnos.
“Siempre lo vamos a recordar como una persona muy esforzada, con alto sentido de responsabilidad; la Universidad de Sonora y el campus Caborca en específico pierde a un gran y fiel colaborador, definitivamente no será igual sin él”, expresó consternado el enlace de Contraría universitaria.
Fernando Iribe le tenía amor a la camiseta, le gustaba atender e interactuar con los alumnos y toda persona que requiriera de los servicios u orientación en la ventanilla de Servicios Escolares, y disfrutaba su trabajo.
“Para él la Universidad de Sonora siempre fue su segundo hogar, siempre llegó puntual a sus labores, era de los primeros en llegar y el último en irse diariamente, nunca le gustaba dejar pendientes; al contrario: siempre le gustaba dejar todo listo y tener al día su trabajo”, recuerda Reina Espinoza.
Recordó que fueron compañeros de escuela en la primaria 6 de Abril. Por azares del destino, la educación secundaria y preparatoria la cursaron en diferentes centros de estudios, pero después, con el paso de los años, al reencontrarse como compañeros de trabajo en la Unison, renovaron los lazos amistosos que perduraron hasta el último día.
Iribe Mendoza partió del plano terrenal a los 74 años de edad. Le sobreviven sus hijos Aracely y Fernando, así como sus nietos Rubén Fernando, Sebastián Enrique, Mya René, Fernando y Alejandro.
Descanse en paz, compañero Fernando Iribe Mendoza.
Publicado 7 de junio 2021