Mario Gómez Quezada cierra ciclo como docente en la URN

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Con sentimientos encontrados por terminar su relación laboral con la que considera su segunda familia, pero con la satisfacción de haber dado su mejor esfuerzo, Mario Gómez Quezada, profesor investigador del campus Caborca de la Universidad de Sonora por casi 41 año, se despidió de sus alumnos y compañeros de trabajo al hacer efectiva su jubilación este 31 de agosto.
“Yo considero a la Universidad de Sonora como mi segunda familia, pasé más tiempo con ellos que con mi propia familia, siento como una especie de desprendimiento, es un proceso difícil, yo ya sabía que esto iba a suceder, pero bueno lo asumo, y, por otro lado, lo tomo con alegría y satisfacción, creo haber cumplido con mi deber y ahora voy a tener más tiempo para disfrutar a la familia”, indicó.
Nunca se imaginó cerrar su ciclo como maestro en medio de una pandemia, y aunque es algo que ya se había presentado en otros tiempos, está vez el impacto (por Covid-19) fue a nivel global y la información se propagó más rápido por los sistemas de comunicación, apuntó.
Fue un proceso difícil para la institución, pero se cumplió con un proceso de adaptación para seguir cumpliendo con los estudiantes de manera virtual, fue un trabajo muy arduo de todos los profesores de convertir todos sus materiales para las clases en línea, indicó.
“Esto va a pasar y los jóvenes podrán retornar a la universidad, y también va a dejar mucho aprendizaje como sociedad”, expresó.
Para Mario Gómez Quezada, docente-investigador con 41 años de trayectoria ininterrumpida en el campus Caborca de la Unidad Regional Norte URN en la División de Ciencias e Ingeniería, la verdadera vocación por la docencia es la principal fortaleza para desarrollar y ser un buen facilitador del aprendizaje a los alumnos.
Su vida dentro de la institución, ha sido una experiencia muy gratificante ya que al formar parte de esta comunidad universitaria ha sido testigo del desarrollo de la institución y conviviendo con tantas generaciones de alumnos y compañeros de trabajo, dijo.
Recordó que inició labores en la Unison el 1 de octubre de 1980, proveniente de Chihuahua, Chihuahua donde cursó sus estudios de Ingeniería en Electrónica becado por el Instituto Tecnológico de Monterrey.
Cuenta con postgrado en Ciencias Computacionales y empezó en la Universidad de Sonora impartiendo las materias de matemáticas, física, electromagnetismo, programación de computadora y cálculo.
A lo largo de cuatro décadas ha ocupado diversos cargos instituciones como director de carrera lo que ahora es Jefe de Departamento, Coordinador de programa, Coordinador de Educadis (Educación distancia), secretario del Coordinador (Secretaria de Unidad), Secretario de División, Jefe de Departamento y el más reciente como Director de la División de Ciencias e Ingenierías.
Participó también en las comisiones del Consejo Académico donde intercambio mucho sobre la normatividad de la Unison y pudo aportar en las mejoras legislativas para que cada vez esta institución sea mejor y brinde mejor calidad a los estudiantes.
Se ha enfocado a las áreas de las matemáticas, física y demás ciencias exactas además de haber realizado investigaciones en Implementación de Algoritmo matemático para resolver diferentes problemas reales.
Ha sido testigo de importantes avances, como lograr y conservar la acreditación de los programas académicos de Químico Biólogo Clínico e Ingeniero Industrial y de Sistemas de la División de Ciencias e Ingeniería e incorporarlos al padrón de alto rendimiento de Ceneval, así como implementar la carrera de Ingeniero Minero, la construcción de nueva infraestructura y equipamiento moderno para estas carreras, recordó.
Siempre trató de inculcar entre sus alumnos los valores, principalmente el respeto porque en ese concepto están incluidos prácticamente todos los valores, además de predicar con el ejemplo.
“Hay una frase que mi madre siempre me decía -Las palabras mueven, pero el ejemplo arrasa- entonces yo traté de inculcar los valores con el ejemplo, platicaba mucho con ellos, sobre todo al inicio de cada semestre para motivarlos”, recordó.
“Me llevo muchísimas satisfacciones, y una de las principales satisfacciones que he tenido con mis alumnos, es percatarme de ese instante cuando uno detecta que el alumno ya captó el aprendizaje y los expresan de diferentes maneras”, aseveró Gómez Quezada.
Algunas de las situaciones que marcaron su vida como profesor, compartió, fue cuando detectó que algunos jóvenes traían deficiencias en su formación principalmente en el área de las matemáticas y lectura y redacción, porque entonces sintió la necesidad de ayudarles a subsanar esos inconvenientes.
“Entonces implementé un sistema de prácticas personalizadas que eras prácticamente las tareas y ponerme a estudiar con ellos todas las tardes, así fue durante casi 20 años”, mencionó.
De los momentos más difíciles a lo largo de su trayectoria docente, fue la pérdida de sus compañeros y amigos, los catedráticos Eligio Espinoza Ojeda, Efipanio Fox Sánchez y Rodolfo Guzmán Hernández, entre otros que recuerda con cariño por haber compartido este digno espacio de trabajo,
Lo que más extrañara ahora como jubilado, aseguró sin titubear, son sus alumnos, de quienes se despidió el 31 de agosto en su último día de clases y espera ser recordado como fue él, un ser humano con aciertos y errores que busco siempre ver el lado bueno de cada una de las personas con las que compartió su tiempo.
De los rincones del campus que más cariño le tienen son las aulas, porque es donde es el contacto directo con los alumnos; y si su vida durante los últimos cuarenta años fuera una película, comentó, la identifica con el filme de superación personal “Ganas de Triunfar”, la cual es acerca de un profesor de matemáticas que intenta motivar a un grupo de alumnos para aprender y conseguir sus metas a pesar de las circunstancias y conflictos de vida.
Es un docente que los prepara para poder pasar el examen de admisión a la universidad y demostrarse que todo es cuestión de dedicación y perseverancia, y se identifica con la historia porque él siempre actuó de buena fe para el bien común y sobre todo darle lo mejor a los estudiantes.
Afortunadamente aún goza de buena salud, y aun cuando a partir de este 1 de septiembre hará efectiva su jubilación en la Unison, comentó, no se va a quedar quieto, pues tienen otros planes de vida como iniciar un proyecto familiar y de negocios al lado de sus hijos.
“Estoy en paz y me voy contento, en la Universidad de Sonora hay un mundo de personas y de ideas, pero estoy contento porque al final de cuentas las sumas de todas las opiniones han dado muy buenos resultados para la institución, de tal forma que ha transitado de un nivel bajo hasta llegar estar en los mejores niveles y llegar a ser el número 14 a nivel nacional”, aseveró.
Gómez Quezada contó estos 41 años con el apoyo de su esposa Natalia y sus hijos Sandra Karina, Mario Daniel, Miguel Ángel y José Diego, a quienes les agradece la comprensión y respaldo para que el pudiera cumplir cabalmente sus compromisos con la máxima casa de estudios.
En la Universidad de Sonora deja buenos amigos y compañeros, muchos de ellos también docentes fundadores y pilares del desarrollo de la URN, pero muchos profesores jóvenes y con nuevas ideas, a quienes les deseó la mejor de las suertes para trabajar siempre por los intereses de los estudiantes.
Publicado Septiembre 02 2021