Acerca de la importancia de brindar acompañamiento y apoyo psicológico oportuno a familias y personas cercanas a los adictos para mejorar el proceso de recuperación, disertó la psicóloga clínica Daniela Hernández Ramos, durante su conferencia “Labor del psicólogo en el trabajo con pacientes con adicciones y sus familiares”.
“La meta básica dentro del trabajo con familias con adictos, primeramente, es apoyar a que la persona pueda dejar del consumo de drogas legales e ilegales, vamos a trabajar mucho en hacer un uso productivo del tiempo y a poder establecer una situación estable, autónoma dentro de la familia”, expresó.
Durante su participación en la Semana Académica de Psicología en el campus Nogales de la Universidad de Sonora, la psicoterapeuta familiar del Hospital psiquiátrico Dr. Carlos Nava, resaltó la importancia del desarrollo de la labor del psicólogo en la atención a pacientes con adicciones por uso de sustancias.
“Sabemos que la adicción es un trastorno de salud que afecta al cerebro y afecta el comportamiento, también se han venido identificando mucho los factores biológicos y ambientales en el comportamiento de riesgos de adicción y se está empezando a estudiar sobre todo las variaciones genéticas que contribuyen a la aparición de este trastorno”, explicó a los estudiantes.
Hablar de adicciones a sustancias no solamente es hablar de una cuestión física, sino también es hablar de una condición conductual, por lo tanto, dentro de este marco, los psicólogos tienen mucho trabajo que hacer, apuntó.
“Por lo tanto es importante dominar el conocimiento que tiene que ver con esta base biológica que nos permita poder discriminar qué compete a nuestro trabajo y qué cosas no tienen que ver con él”, señaló.
“A veces nos concentramos tanto en hablar de la persona que consume drogas que poco prestamos atención a lo que ocurre con las personas que se quedan detrás de la puerta, la familia”, indicó.
A partir de que una persona empieza un proceso de rehabilitación, de alguna manera desencadena ciertas reacciones en las familias, algunas de ellas tienen que ver con reanudar la esperanza o el cambio, pero también en otras familias es la incredulidad al cambio que se pueda llegar a dar, comentó.
Externó que es muy importante brindar acompañamientos a las familias para que puedan procesar la situación que están viviendo, ya sea a través de la canalización a grupos de apoyo como Al-Anon, o a grupos de orientación familiar en donde tanto las parejas como los padres de personas que están en recuperación pueden acudir y recibir herramientas de apoyo.
También existe el acompañamiento familiar a través de la psicoterapia familiar, la cual precisamente ha mostrado su eficacia para fortalecer el compromiso de sus usuarios con sus familias, indicó Hernández Ramos.
“Cuando trabajamos con la familia esto aumenta la adherencia al tratamiento, disminuye el riesgo de recaída post-tratamiento y mejora el funcionamiento familiar para facilitar la socialización de los usuarios en cuanto a su incorporación social”, destacó en su chala virtual con más de 100 alumnos de Psicología de la Unidad Regional Norte.
Dentro de la terapia familiar, la familia se aborda como un grupo de relaciones más que como un grupo de amigos y en este sentido describe más lo que ocurre entre las personas, mencionó. “Dentro de la terapia familiar no vamos a trabajar sobre cuestiones individuales o cuestiones muy internas, lo que vamos a trabajar muchísimo es qué está pasando entre los pacientes y sus familiares”, aseguró.
Algunos jóvenes que consumen droga suelen tener como característica principal estar triangulados dentro de conflictos de pareja por problemas de sus padres, dijo, y en la terapia se busca detectar esos patrones; también, evaluar la lejanía o cercanía con los miembros de la familia y ver cómo se estructuran las familias.
La expositora presentó un panorama de la historia del consumo de las drogas, así como la reglamentación a través de las diferentes épocas en distintos puntos de la geografía mundial en el contexto de lo religioso y de los rituales.
La intención, señaló, es que los estudiantes puedan tener referentes básicos los cuales puedan seguir estudiando acerca del tema y sigan consultando un poco más de información acerca de esos temas que hayan llamados su atención.
Finalmente, recordó que, en México de acuerdo con la información de la Dirección General de Salud, las muertes directamente asociadas con el consumo de drogas del 2010 al 2017 fueron en total 22 mil 856, derivadas en trastornos mentales y del comportamiento.
“Cada vez podemos notar como se incrementa el consumo de drogas, por lo tanto, podemos observar de una forma más directa los efectos perjudiciales que estos llegan a tener”, puntualizó la psicóloga.
“La meta básica dentro del trabajo con familias con adictos, primeramente, es apoyar a que la persona pueda dejar del consumo de drogas legales e ilegales, vamos a trabajar mucho en hacer un uso productivo del tiempo y a poder establecer una situación estable, autónoma dentro de la familia”, expresó.
Durante su participación en la Semana Académica de Psicología en el campus Nogales de la Universidad de Sonora, la psicoterapeuta familiar del Hospital psiquiátrico Dr. Carlos Nava, resaltó la importancia del desarrollo de la labor del psicólogo en la atención a pacientes con adicciones por uso de sustancias.
“Sabemos que la adicción es un trastorno de salud que afecta al cerebro y afecta el comportamiento, también se han venido identificando mucho los factores biológicos y ambientales en el comportamiento de riesgos de adicción y se está empezando a estudiar sobre todo las variaciones genéticas que contribuyen a la aparición de este trastorno”, explicó a los estudiantes.
Hablar de adicciones a sustancias no solamente es hablar de una cuestión física, sino también es hablar de una condición conductual, por lo tanto, dentro de este marco, los psicólogos tienen mucho trabajo que hacer, apuntó.
“Por lo tanto es importante dominar el conocimiento que tiene que ver con esta base biológica que nos permita poder discriminar qué compete a nuestro trabajo y qué cosas no tienen que ver con él”, señaló.
“A veces nos concentramos tanto en hablar de la persona que consume drogas que poco prestamos atención a lo que ocurre con las personas que se quedan detrás de la puerta, la familia”, indicó.
A partir de que una persona empieza un proceso de rehabilitación, de alguna manera desencadena ciertas reacciones en las familias, algunas de ellas tienen que ver con reanudar la esperanza o el cambio, pero también en otras familias es la incredulidad al cambio que se pueda llegar a dar, comentó.
Externó que es muy importante brindar acompañamientos a las familias para que puedan procesar la situación que están viviendo, ya sea a través de la canalización a grupos de apoyo como Al-Anon, o a grupos de orientación familiar en donde tanto las parejas como los padres de personas que están en recuperación pueden acudir y recibir herramientas de apoyo.
También existe el acompañamiento familiar a través de la psicoterapia familiar, la cual precisamente ha mostrado su eficacia para fortalecer el compromiso de sus usuarios con sus familias, indicó Hernández Ramos.
“Cuando trabajamos con la familia esto aumenta la adherencia al tratamiento, disminuye el riesgo de recaída post-tratamiento y mejora el funcionamiento familiar para facilitar la socialización de los usuarios en cuanto a su incorporación social”, destacó en su chala virtual con más de 100 alumnos de Psicología de la Unidad Regional Norte.
Dentro de la terapia familiar, la familia se aborda como un grupo de relaciones más que como un grupo de amigos y en este sentido describe más lo que ocurre entre las personas, mencionó. “Dentro de la terapia familiar no vamos a trabajar sobre cuestiones individuales o cuestiones muy internas, lo que vamos a trabajar muchísimo es qué está pasando entre los pacientes y sus familiares”, aseguró.
Algunos jóvenes que consumen droga suelen tener como característica principal estar triangulados dentro de conflictos de pareja por problemas de sus padres, dijo, y en la terapia se busca detectar esos patrones; también, evaluar la lejanía o cercanía con los miembros de la familia y ver cómo se estructuran las familias.
La expositora presentó un panorama de la historia del consumo de las drogas, así como la reglamentación a través de las diferentes épocas en distintos puntos de la geografía mundial en el contexto de lo religioso y de los rituales.
La intención, señaló, es que los estudiantes puedan tener referentes básicos los cuales puedan seguir estudiando acerca del tema y sigan consultando un poco más de información acerca de esos temas que hayan llamados su atención.
Finalmente, recordó que, en México de acuerdo con la información de la Dirección General de Salud, las muertes directamente asociadas con el consumo de drogas del 2010 al 2017 fueron en total 22 mil 856, derivadas en trastornos mentales y del comportamiento.
“Cada vez podemos notar como se incrementa el consumo de drogas, por lo tanto, podemos observar de una forma más directa los efectos perjudiciales que estos llegan a tener”, puntualizó la psicóloga.