Luz Haydeé Gaxiola Cabrera
El Día de Muertos es una tradición en México, se recuerda y honra a los seres queridos que han fallecido, se celebra construyendo altares, que permiten la convivencia entre vivos y muertos.
En el marco de esta celebración del Día de Muertos, personal de la Universidad de Sonora campus Caborca, colocó el tradicional altar de ofrendas para los compañeros fallecidos a partir del año 2020 a la fecha, ya que en los dos años anteriores no fue posible debido a la pandemia de covid-19.
Son 13 entrañables amigos y compañeros que se han adelantado, algunos fueron víctimas de covid, y otros más por diversas enfermedades que mermaron su salud, pero todos ellos siguen siendo recordados entre los pasillos de la Unidad Regional Norte.
José Jesús García Nogales, Jesús Rodolfo Guzmán Hernández, Cuitláhuac Morales Hernández, Francisco Javier León Molina, Isabel Godínez Pérez, Gerardo Salcido Contreras, Epifanio Fox Sánchez, Benjamín Rivera Orduño, Fernando Iribe Mendoza, Julio Gutiérrez Galaviz, Alma Denia Sotelo Montaño, Simón Méndez Mazón, Sergio Arredondo Arriaga, son los nombres de los académicos y personal administrativo, de quienes se encuentran colocadas sus fotografías, acompañadas por coloridas flores y detalles tradicionales.
La elegante catrina recorre los pasillos del campus, y hace una pausa en su andar ante un gran arco de papel maché que representa el paso entre el mundo de los vivos y los muertos, flores hechas a mano, el tradicional tapete cubierto de pétalos de flor de cempasúchil que forma un camino para dar la bienvenida a los difuntos y los conduce hacia la ofrenda con veladoras, catrinas sonrientes, y el pan de muerto, mismos que enmarcan el gran altar, colocado en el pasillo de los laboratorios, y cuantos caminan por el lugar detienen su paso para admirarlo, y recordar a quienes fueron sus docentes, amigos, y compañeros.
Las personas encargadas de darle vida a este altar fueron Maricruz Yañez, Cristina López, Aurora Méndez, Francisco Laborín, Marcos Piri, Carolina Chinchillas, Adria Anna Méndez, y la docente Farah Méndez, quienes con días de anticipación prepararon cada detalle para honrar a los compañeros que se han adelantado.
Con esta actividad se transmite la riqueza cultural hacia las nuevas generaciones, y se mantienen vivas las tradiciones de nuestro país.
El Día de Muertos es una tradición en México, se recuerda y honra a los seres queridos que han fallecido, se celebra construyendo altares, que permiten la convivencia entre vivos y muertos.
En el marco de esta celebración del Día de Muertos, personal de la Universidad de Sonora campus Caborca, colocó el tradicional altar de ofrendas para los compañeros fallecidos a partir del año 2020 a la fecha, ya que en los dos años anteriores no fue posible debido a la pandemia de covid-19.
Son 13 entrañables amigos y compañeros que se han adelantado, algunos fueron víctimas de covid, y otros más por diversas enfermedades que mermaron su salud, pero todos ellos siguen siendo recordados entre los pasillos de la Unidad Regional Norte.
José Jesús García Nogales, Jesús Rodolfo Guzmán Hernández, Cuitláhuac Morales Hernández, Francisco Javier León Molina, Isabel Godínez Pérez, Gerardo Salcido Contreras, Epifanio Fox Sánchez, Benjamín Rivera Orduño, Fernando Iribe Mendoza, Julio Gutiérrez Galaviz, Alma Denia Sotelo Montaño, Simón Méndez Mazón, Sergio Arredondo Arriaga, son los nombres de los académicos y personal administrativo, de quienes se encuentran colocadas sus fotografías, acompañadas por coloridas flores y detalles tradicionales.
La elegante catrina recorre los pasillos del campus, y hace una pausa en su andar ante un gran arco de papel maché que representa el paso entre el mundo de los vivos y los muertos, flores hechas a mano, el tradicional tapete cubierto de pétalos de flor de cempasúchil que forma un camino para dar la bienvenida a los difuntos y los conduce hacia la ofrenda con veladoras, catrinas sonrientes, y el pan de muerto, mismos que enmarcan el gran altar, colocado en el pasillo de los laboratorios, y cuantos caminan por el lugar detienen su paso para admirarlo, y recordar a quienes fueron sus docentes, amigos, y compañeros.
Las personas encargadas de darle vida a este altar fueron Maricruz Yañez, Cristina López, Aurora Méndez, Francisco Laborín, Marcos Piri, Carolina Chinchillas, Adria Anna Méndez, y la docente Farah Méndez, quienes con días de anticipación prepararon cada detalle para honrar a los compañeros que se han adelantado.
Con esta actividad se transmite la riqueza cultural hacia las nuevas generaciones, y se mantienen vivas las tradiciones de nuestro país.