Haydeé Gaxiola

Después de haber pasado 36 años desde que llegó a trabajar por primera vez a la Universidad de Sonora campus Caborca, Víctor Lizandro Ortiz Tiznado, culminó su trámite de jubilación por lo que ha dado paso a una nueva etapa en su vida.

Conocido como “El Chico”, se desempeñaba como encargado de filtro en el edificio de Biblioteca, y recordó que entró a la Universidad a mediados del año 1987 como trabajador eventual, por lo que pasó por diversos puestos, como intendente, chofer, y encargado de almacén de laboratorios, siendo en 1994 cuando recibió su base laboral.

Mencionó que antes de trabajar en la Universidad, fue empleado de un cine de la localidad, para después dedicarse de lleno a la institución, y desde el año 2011 que se estrenó el actual edificio de Biblioteca es que se cambió como encargado de filtro de la misma en el turno vespertino.

“Me he sentido muy bien, he trabajado con un compañerismo muy agradable, aquí se trata de atender a los alumnos, y me siento muy a gusto de atender a los usuarios, la Universidad a todos nos ha ayudado y le debemos mucho, me ayudó a sacar adelante a mis hijos y mi familia, mi hermano Carlos también fue trabajador de la Unison, por eso siempre estaremos agradecidos por la estabilidad que nos brindó, siempre eh trabajado a gusto y lo he hecho con ganas”, aseguró.

Ortiz Tiznado indicó que se sintió muy emocionado porque sus compañeros de Biblioteca lo recibieron con alegría el último día de trabajo, ya que confirma una vez más que a su paso ha cosechado grandes amistades, y es que para “El Chico” siempre se le facilitó socializar, ofreciendo diariamente su característica sonrisa.

Con nostalgia comentó que una de las más grandes satisfacciones que se lleva es el agradecimiento de los usuarios, sobre todo los estudiantes, y aquellos a quienes en su momento le permitieron brindarles el consejo de continuar sus estudios, de no abandonar sus sueños, y cuando regresan a la universidad lo ven y le dan las gracias.

También recordó a sus compañeros, trabajadores y Docentes que lamentablemente ya no volvió a ver. “Hubo maestros que no volvimos a ver, otros que no se alcanzaron a jubilar, la pandemia causó muchos estragos, en compañeros maestros con quienes convivíamos mucho, como el maestro Epifanio Fox”.

Pasaron poco más de dos años después de haber iniciado su trámite de jubilación para que le llegara el aviso de su último día laboral, cumpliendo así 36 años trabajados para la institución, tiempo que asegura lo disfrutó y se va satisfecho y agradecido por esta gran oportunidad.

Entre sus hobbies se encuentra la música, por lo que disfruta tocar la guitarra e interpretar algunas melodías, así como tomar largas caminatas, indicó que recientemente acudió a Sedona, Arizona acompañado de su familia para caminar y escalar.

Por último, mencionó que entre sus planes más próximos se encuentran realizar algunos viajes para visitar a familiares y amigos en Sonora y Arizona, así como algunos proyectos que considera no le dejarán tiempo de enfadarse en casa, ya que acostumbra ser un hombre activo.